Nací en un pueblecito de Alicante (España) a orillas del mar, llamado El Campello, un 30 de abril de 1995. Crecí rodeada de naturaleza, aún no había llegado el boom de la tecnología. Desde bien pequeña me encantaba subir al monte con mi chándal y pasarme el día jugando, corriendo, y revolcándome por la arena. Con 5 añitos ya quería bailar. Desde entonces mis inquietudes artísticas se reforzaron. Las desarrollé en distintas actividades extra escolares además del baile: como el teatro y la música. Y por si fuera poco, en casa me entretenía creando historias con todos mis juguetes y cantando.
Cuando llegó el momento, decidí realizar el bachillerato de Artes escénicas. Aquí fue donde empecé a relacionarme de manera más íntima con el teatro. Y desde entonces no he podido separarme de él.
En el año 2014 me mudé a Murcia, mi querida Murcia. Allí comencé mi carrera como actriz en la Escuela Superior de Arte Dramático. Me especialicé en Interpretación en el musical, combinando siempre esta formación con actividades artísticas paralelas, y sin dejar de seguir trabajando en el ámbito de la danza de forma profesional.
En 2019 me trasladé a Madrid para continuar mi formación y buscar, paralelamente, nuevas oportunidades laborales. Realicé el curso avanzado de interpretación ante la cámara en la Central de Cine, con grandes profesionales del oficio y fui conociendo, poco a poco, esta gran ciudad.
Aprendí de grandes profesionales, trabajé en distintos proyectos, con distintas compañías y empresas. Me lancé a hacer mis propias creaciones y pude viajar a otro continente. Actué en teatros hermosos e icónicos como El teatro de la Abadía y estuve varios años de gira por España.
Durante estos años fui recorriendo un camino de aprendizaje tanto personal como profesional en los que surgieron distintas inquietudes que estaban latentes desde el principio. Fue cuando decidí hacer el máster en Teatroterapia, en el Instituto Superior de Estudios Psicológicos de Madrid.
Ahí encontré esa pieza del puzzle que faltaba. La que me completaba, en los dos niveles de mi existencia. Ahora, en 2025, me encuentro en Santiago de Chile, buscando nuevas experiencias y saltando de nuevo a un vacío incierto que me moviliza y me hace sentir viva.
Sea donde sea y de la manera que sea, es una elección que seguirá encaminando mi vida, esperemos que hasta el final de mis días.